Todos hemos conocido a algún amigo que tiene piernas gruesas sin hacer ejercicio. O que come sin parar y tiene los abdominales marcados, lo primero que tendemos a pensar: esto se debe a la buena genética muscular.
Si bien la ciencia ha determinado que la genética puede tener una influencia real en la musculatura. Es real que esto ni es fijo, ni lo es todo. (2,3,4,5)
En este artículo se detalla cuál es la influencia de la genética en el cuerpo y cómo saber si una persona tiene buena genética o no. ¿Se puede cambiar la genética con el ejercicio?
La genética muscular es el área de la genética que estudia la relación entre la información del ADN y el sistema muscular de una persona.
La genética sirve para determinar cuál es el potencial genético muscular con el que se parte. Es decir, si se cuenta con una buena genética que mejore la aptitud para un tipo de deporte u otro.
Si bien no lo es todo, una buena genética es una ventaja para ganar masa muscular y mejorar el rendimiento deportivo.
Lo más básico para determinar el tipo de genética que se tiene, es recurrir a análisis de tipo de contextura física. Estos se pueden hacer bajo la interpretación del gasto energético y tipo de cuerpo de cada persona.
Sin embargo, el método más exacto para determinar si una persona tiene buena genética muscular es con un análisis de ADN.
La relación entre la genética y los músculos ha sido confirmada por las investigaciones. (3,4,5)
Aparentemente la posibilidad de crear lograr una mayor o menor cantidad de músculos es afectada no sólo por el rendimiento deportivo, sino por la influencia genética muscular de una persona.
Una de las diferencias encontradas es en la concentración de creatina fosfato entre los distintos tipos de cuerpo. Así como existe una diferencia en los marcadores metabólicos. (5)
Por ejemplo, un mesomorfo, el tipo de complexión física con tendencia deportiva por naturaleza es asociado a la posibilidad de lograr un mayor porcentaje de masa muscular con menos entrenamiento.
El creador de la teoría de los tipos de cuerpo según la genética fue el psicólogo estadounidense William Herbert Sheldon. (7) Esta teoría fue modificada y hoy día la utilizan los profesionales del deporte.
Según Sheldon, desde el nacimiento uno de los tres tipos de cuerpo según la genética o somatotipo corporal: endomorfo, mesomorfo, ectomorfo se vuelve dominante.
El tipo de cuerpo ectomorfo es el que tiene tendencia a ser delgado. El mesomorfo es un perfil atlético y muscular. Y el endomorfo de estructura ósea grande y con tendencia a un aumento de peso.
En los inicios se creía que la complexión física era determinada por factores genéticos y esta información no podía ser modificada. Hoy en día se saber que con el tiempo es posible lograr cambios en el cuerpo que incluso pueden alterar la genética muscular.
De hecho, la mayoría de personas no pertenece a un único tipo de buena o mala genética. Si bien la información contenida en el ADN en las células no puede ser modificada; las dietas y ejercicios pueden alterar ciertos reguladores de los genes que al final de cuentas generan plasticidad y generan cambios en la expresión de estos genes.
La manera más simple de determinar si una persona tiene buena genética muscular es determinar la tasa metabólica basal. Este es un valor que estima la cantidad de calorías que gasta tu cuerpo en reposo.
Si al calcular la tasa metabólica basal los valores se mantienen sobre el rango superior es probable que seas ectomorfo, si se sitúan en el medio eres mesomorfo y por debajo eres endomorfo.
Además, interpretar las medidas del cuerpo, por ejemplo el grosor de la muñeca, los hombros o la circunferencia de la cintura puede ayudar. En algunos casos corresponde con la genética de cada uno. Sin embargo, no es un factor determinante.
Otras técnicas como las técnicas de ADN de marcadores metabólicos, pueden brindar una aproximación mucho más precisa de genética muscular.
Investigaciones actuales afirman que los marcadores metabólicos de los distintos tipos de contextura física pueden llegar a diferenciarse en un 7-18%. (3,5)
¿Qué significa esto? Una diferencia en la cantidad de estas moléculas se traduce como cambios en la reacción del cuerpo ante la ingesta de alimentos como los carbohidratos, así como explica los distintos niveles hormonales.
Los marcados metabólicos sirven para determinar si una persona tiene buena genética o no y son los que se modifican menos con el entrenamiento. Estos únicamente los puedes determinar con un análisis de laboratorio.
Otro factor que se asocia a un buen potencial genético muscular o no son los niveles hormonales. Las personas con tendencia a aumentar masa muscular tienen niveles de hormonas sexuales (como la testosterona) y la hormona del crecimiento naturalmente altos.
Así como las personas con buena genética responden normalmente a la insulina y tienen niveles de la hormona del estrés el cortisol suelen permanecer bajos.
Si no eres de los afortunados que tienen buena genética puedes tomar medidas sencillas para aumentar los niveles de testosterona como incluir alimentos con magnesio y zinc. Evitar situaciones de estrés constante y hacer yoga.
De todas maneras, en ningún caso debes utilizar suplementos deportivos que alteren el funcionamiento hormonal sin supervisión. Los efectos secundarios de los esteroides anabólicos pueden hacer estragos en su metabolismo, no importa cuan buena genética una persona tenga.
Se considera que la velocidad máxima a la que una persona promedio puede ganar masa muscular es de 0,2 kg por semana. Es decir, aproximadamente 1 kg al mes. (2)
Si el aumento de peso es de más de 1 Kg por mes, lo más probable es que no sólo esté aumentando masa muscular magra, sino también los depósitos de grasa y líquidos.
A pesar de que esta cifra puede parecer insignificante, ganar 12 kg de masa muscular magra en un año es suficiente para cambiar totalmente la complexión física, y además provocar cambios en la expresión genética de una persona.
Aquí van 5 características físicas de un hombre con buena genética:
En una persona con buena genética muscular el pecho suele ser ancho. La cintura angosta y los muslos firmes. Estas características corresponden a un tipo de cuerpo mesomorfo. Los endomorfos tienden a tener la zona de las caderas más ancha, mientras que los ectomorfos el ancho del pecho con la cintura suelen ser iguales.
Una tasa metabólica basal alta es lo que distingue a una persona con buena genética de una con mala predispoción. Si bien cambiar este parámetro es difícil existen algunas estrategias para lograrlo, como la nutrición y el ejercicio físico. Un indicador de que su metabolismo es sano es mantener el peso y no tener necesidad de comer alimentos dulces a todas horas.
Los niveles buenos de testosterona y hormona del crecimiento pueden evidenciarse en los hombres por un aumento en la energía así como una mayor actividad sexual. En cuanto a un exceso de estas hormonas, el comportamiento puede observarse como decisiones arriesgadas con regularidad, y es un tanto impulsiva. En este caso lo más probable es que sus niveles de testosterona sean demasiado altos.
Una persona con buena genética muscular no necesita de más de 72 horas para recuperar la musculatura de forma completa. La buena noticia: aún cuando su genética muscular sea mala, se pueden utilizar una variedad de métodos de recuperación muscular para agilizar el proceso.
Las personas con buena genética muscular suelen tener un bajo porcentaje de grasa corporal. Para medir este parámetro recomendamos el uso de un plicómetro y tablas oficiales.
La genética muscular es el área de la genética que se dedica al estudio de la relación entre la información del ADN y la musculatura.
El potencial genético muscular es la predisposición genética que tiene una persona para el aumento o no de la masa muscular magra.
Una persona con buena genética muscular se caracteriza por un metabolismo basal acelerado, una recuperación muscular rápida, niveles normales de testosterona y proporciones de la espalda ancha y cintura angosta.
Para determinar el tipo de genética muscular lo mejor es definir tanto la contextura física como determinar los marcadores moleculares asociados.
Una vez hallado el tipo de cuerpo: ectomorfo, mesomorfo y endomorfo se deben elaborar estrategias de entrenamiento y dietas para estimular el potencial genético muscular de cada persona.
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