La sarcopenia es un término que describe la pérdida involuntaria de masa muscular y fuerza asociada con el envejecimiento. A medida que las personas envejecen, es común observar una disminución de la masa muscular que puede conducir a problemas de movilidad, fragilidad y una mayor dependencia en las actividades diarias.
La mayoría de los adultos alcanzan su máxima masa muscular en algún momento entre sus finales de los 30 y principios de los 40 años. A partir de ahí, comienza una disminución gradual de la masa muscular, que puede continuar de manera constante hasta llegar a la vejez. Esta disminución relacionada con la edad en la masa muscular, la fuerza y la función se denomina sarcopenia, y puede ocurrir más rápidamente de lo que uno podría imaginar.
¿Con qué rapidez sucede esto? Las personas que no realizan actividad física pueden perder entre un 3 % y un 8 % de su masa muscular por década una vez que superan los 30 años.
Sin embargo, ¿no parece que tener 30 o 40 años sea demasiado joven para comenzar a experimentar un gran declive físico? ¿Hay algo que se pueda hacer para prevenirlo? Definitivamente.
La investigación ha demostrado que un programa de ejercicios de resistencia progresiva, que permite desarrollar músculo de manera efectiva, puede mejorar la sarcopenia en tan solo dos semanas. Y eso no es todo.
Este artículo está destinado a aquellas personas que aún no conocen este tema, proporcionando una visión clara de los factores que contribuyen a la sarcopenia, consejos para prevenirla y su impacto en la salud general.
Se estima que la pérdida de masa muscular con la edad varía entre un 8 % y un 50 %. En general, la fuerza se pierde más rápidamente que la masa muscular en ambos sexos.
La falta de ejercicio y la inactividad combinadas son, con mucho, la principal causa de la sarcopenia. Sin embargo, dado que incluso las personas físicamente activas durante toda su vida pueden experimentar sarcopenia, hay otros factores que también influyen en su desarrollo.
Los investigadores piensan que los siguientes factores también juegan un papel en el desarrollo de la sarcopenia:
La pérdida de masa muscular relacionada con la sarcopenia generalmente comienza a aparecer en la cuarta década de la vida y se acelera después de los 75 años.
Varias revisiones revelan que la sarcopenia se manifiesta mediante una disminución progresiva de la masa y fuerza muscular, comenzando desde aproximadamente la cuarta década de la vida. Esta pérdida puede alcanzar hasta el 50% de la masa muscular para la octava década. (Ver referencia al final del artículo). Entre los factores contribuyentes se encuentran:
Es crucial tomar medidas proactivas para gestionar la sarcopenia y mejorar la calidad de vida. Aquí hay diez consejos valiosos que pueden ayudar a prevenir la sarcopenia y mantener una buena salud muscular:
Estos consejos no solo ayudan a combatir la sarcopenia, sino que también contribuyen a mantener una mejor calidad de vida a medida que se envejece.
Detectar la sarcopenia de manera temprana es esencial para implementar estrategias efectivas. Los profesionales de la salud pueden realizar evaluaciones que midan la masa muscular y la fuerza, permitiendo así intervenir antes de que la situación empeore. Es recomendable que las personas mayores se realicen evaluaciones regulares para detectar signos de sarcopenia.
Diagnosticar la sarcopenia no es un proceso sencillo, ya que actualmente no existe una definición clínica consensuada. No obstante, para realizar un diagnóstico efectivo, es crucial considerar varios factores. La sarcopenia puede identificarse evaluando la masa muscular y la función física. Investigaciones sugieren que para mejorar la precisión del diagnóstico, se debe incluir tanto la medición de la fuerza muscular, como la velocidad de marcha, junto con la evaluación de la masa muscular.
La identificación temprana de la sarcopenia es fundamental, ya que su impacto puede ser significativo en la calidad de vida de los adultos mayores, resultando en discapacidad, descenso funcional y un aumento en el riesgo de caídas. Se han llevado a cabo conferencias y estudios que proponen criterios para un diagnóstico más preciso, enfocándose en mediciones funcionales y de masa muscular que podrían ser aplicables a diferentes poblaciones. Por ejemplo, se sugiere el uso de medidas de baja masa muscular y baja fuerza o rendimiento muscular.
A pesar de los esfuerzos realizados para desarrollar un método estandarizado de diagnóstico, aún se necesita recopilar más datos empíricos que faciliten la validación de estos criterios. Esto, a su vez, podría mejorar las intervenciones clínicas dirigidas a combatir la sarcopenia, contribuyendo a prácticas más efectivas en la medicina geriátrica.
La sarcopenia representa un desafío significativo para la salud de los adultos mayores. Aunque la comprensión de esta condición ha aumentado, sigue siendo crucial desarrollar y utilizar definiciones estandarizadas para su diagnóstico y tratamiento. La prevención es posible a través de la combinación de ejercicio y una buena nutrición, cruciales no solo para mantener la masa muscular, sino también para mantener una calidad de vida elevada a medida que se envejece.
Walston, J.D. (2012). Sarcopenia in older adults. Current Opinion in Rheumatology, 24(6), 623–627. doi:10.1097/BOR.0b013e328358d59b.
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