Según un estudio publicado por la Universidad de Ciencias Vivas de Polonia, hay una tendencia a que una mayor cantidad de mujeres sean del tipo de cuerpo endomórfico. (1)
En particular, se ha visto que con la edad se producen fluctuaciones en el cuerpo femenino que llevan a cambios en el somatotipo inicial y esto podría estar relacionado con mayor riesgo de algunas enfermedades.
Ahora, ¿Entrar en la categoría de un tipo de cuerpo es algo fijo? No, aunque exista una predisposición genética algunos parámetros como la forma y el tamaño del cuerpo pueden cambiar según la dieta, hábitos y actividad física.
Sigue leyendo para saber qué es lo que define si eres ectomorfa, mesomorfa o endomorfa. ¿Qué hay que comer y cómo entrenar?
El somatotipo o tipo de cuerpo se puede definir como el estado morfológico actual de una persona. Hay tres tipos de cuerpo básicos: ectomorfo, mesomorfo y endomorfo.
El cuerpo de una mujer ectomorfa se caracteriza por un físico delgado, huesos y músculos débiles, brazos inclinados, torso relativamente corto, extremidades largas y piel seca.
Además, las mujeres ectomorfas tienen un rápido gasto de energía, un bajo recuento de células grasas y un crecimiento muscular lento.
Las mujeres mesomorfas tienen un tipo de cuerpo muscular con un esqueleto fuerte, ancho hombros y pecho firmes, pelvis masiva y un crecimiento muscular muy rápido.
En contraste, el tipo de cuerpo de endomórfico es caracterizado por un físico redondeado, gran número de células grasas, mayor circunferencia de la cintura que el pecho, cabeza grande, cara ancha y cuello corto.
Las endomorfas suelen tener hombros redondeados, relativamente cortos, extremidades y dedos débiles, y huesos fuertes. Ellas también tienen un gran potencial para desarrollar masa muscular pero dificultad para perder grasa.
De una forma simple, el somatotipo se puede determinar en base a la altura y el peso corporal medidos, mediante el índice de Rohrer (RI).
El RI se calcula como peso en gramos multiplicado por 100 y dividido por la altura en centímetros cúbicos (g / cm3). Esto permite asignar a las mujeres en 3 grupos:
Los test más completos se basan en un conjunto más amplio de características donde para cada una se asignan valores a cada somatotipo que van del 1 al 7.
Entonces, una mujer que sólo tiene características endomórficas tiene asignado el valor 7-1-1. Mientras que una persona con solo características mesomórficas 1-7-1 y ectomorfa 1-1-7. Esto significa que hay 343 combinaciones posibles.
En general, esto es lo más aceptado, y apoya la teoría de que los tipos de cuerpo rara vez se expresan de forma pura.
Es un hecho, que hay una relación entre la cantidad de calorías, la ingesta de nutrientes y el tipo de cuerpo de una persona.
En cuanto a las calorías, se encontró que en promedio, una ectomorfa consume aproximadamente 10% menos cantidad de calorías que una endomorfa.
En cuanto a los nutrientes, se han encontrado diferencias entre el tipo de cuerpo y la ingesta de proteínas totales, proteína animal, grasa total, vitamina E, tiamina y fósforo.
Como regla general, las endomorfas consumen mayor cantidad de todos estos nutrientes, mientras que las ectomorfas muchas veces no alcanzan las normas recomendadas. Las mesomorfas se posicionan en el medio con la excepción de un consumo más bajo de vitamina E.
Las tendencias observadas llaman la atención sobre el estado nutricional de las mujeres con somatotipo ectomorfo, que puede ser un factor asociado a la desnutrición, debido a que sus valores de IMC indicaron pesos bajos.
Las mujeres ectomorfas deben tener especial precaución a evitar una falta de nutrientes. En particular no descuidar la ingesta de proteínas, vitaminas B y fósforo.
En general, las mujeres mesomorfas son las que tienen un balance nutricional más completo y niveles de actividad física más adecuados. Sin embargo pueden tener falta de vitamina E y una tendencia de transición a endomorfa con la edad.
Las endomorfas cumplen con la cantidades diarias de nutrientes esenciales pero tienen una tendencia a un exceso de macronutrientes y calorías. Además, tienden a combinar un alto consumo de carbohidratos refinados y bajo nivel de actividad física. Esto puede conducir al riesgo de obesidad y enfermedades crónicas como cardiopatías o diabetes tipo 2.
Las ectomorfas se consideran introvertidas, de mal genio, irritables, sensibles, susceptible a la fatiga y se les hace difícil tener contacto con otras personas. (3)
Por lo general tienden a moverse más y dificultades para dormir. El físico ectomórfico requiere un entrenamiento menos intensivo, interrupciones más largas, una mayor ingesta de proteínas y un período de descanso adecuado. Un ejemplo ideal de ejercicios para ectomorfas es el yoga.
Las mesomorfas son consideradas enérgicas, activas, dinámicas y agresivas. Por lo general tienden a un estilo de vida deportivo en la juventud. Lo mejor para ellas es continuar con el deporte, la precaución para este tipo de cuerpo es no dejar los entrenamientos ni comer en exceso, ya que suelen a aumentar de peso con la edad.
Las mujeres endomorfas son por lo general extravertidas y emocionalmente inestables. Ellas son sociables y tienen gusto por la comodidad y el estilo de vida placentero.
También tienen un gran potencial para desarrollar masa muscular, pero debido a su baja actividad física tienden a acumular grasa. A las endomorfas se les recomiendan ejercicios dinámicos y sociables como salir a correr en grupo.
El aumento en la edad está asociado con cambios hormonales, en mujeres disminuye la producción de estrógenos y progesterona en el cuerpo.
Si además se combina con sedentarismo, esto se asocia con cambios en el tamaño, las proporciones y la composición del cuerpo. Por lo general, hay un aumento del contenido de grasa en la parte central del cuerpo y una reducción del crecimiento y la masa muscular.
En un estudio donde participaron 148 mujeres de una edad cercana a 60 años – Se observan 87 endomórficas, 31 mesomórficas y 30 ectomórficas. Esta proporción parece ser típica de la población a esta edad. (1)
Otro estudio en 1410 mujeres canadienses observó una tendencia en el aumento de los componentes endomórficos entre los 20 y 40 años. Y un mayor aumento de estos en mujeres sedentarias.
Se puede decir que en las personas mayores se desarrolla el componente endomórfico a expensas del ectomórfico, lo que puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades metabólicas asociadas al tipo y cantidad de grasa corporal.
Los distintos tipos de cuerpo difieren en lo que comen y cómo se ejercitan. Si bien puede haber una tendencia genética, estos factores a son aún más importantes en determinar sus distintas características físicas.
Las ectomorfas tienen mayor riesgo de falta de nutrientes y se les recomienda hacer énfasis en comer más proteínas, vitaminas y minerales. A las mesomorfas continuar entrenando aún con el pase de la edad y comer más alimentos con vitamina E.
Las mujeres tienden a ser endomorfas con la edad. Esto es princialemente debido a que llevan una dieta con exceso de calorías y baja actividad física. Combinado con cambios hormonale lleva a un aumento del porcentaje de grasa corporal y mayor riesgo de enfermedades crónicas.
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