No es un secreto que todos hemos probado la Coca-Cola y hemos sentido ganas de tomar más y más cantidad.
En la búsqueda de calmar la sed, tomar Coca-Cola suele provocar un efecto contrario. La clave no está en la cafeína, ni en el azúcar, el secreto está en es su composición de sales.
Este artículo analiza cuál es el secreto en la composición de la Coca-Cola y por qué se dice que es adictiva.
El secreto de la Coca-Cola no está sólo en su sabor y sus ingredientes sino en su concentración de sales. Este refresco contiene cafeína y no es un secreto su alto contenido de azúcar.
Todos estos componentes hacen que sea agradable al paladar y brinde un boom de energía.
Sin embargo, el secreto de este refresco es su capacidad de deshidratar. Las concentraciones de sales en la Coca-Cola son altas, mayor aún que en el interior celular.
Esto hace que luego de tomar este refresco para calmar la sed, en realidad provoque el efecto contrario. Lo que hace que una persona tome más y más.
Incluso debido a este hecho, varias demandas en los EEUU han llevado a presionar a lugares públicos como cines, y restaurantes de comida rápida a agregarle hielo de forma obligatoria.
Este secreto del hielo, es fundamental para diluir la Coca-cola y que esta no genere deshidratación en el cuerpo.
Prácticamente todas las bebidas Cola incluyendo la Coca-Cola y la Pepsi contienen cafeína. El líder en su contenido es la bebida Mountain Dew: aproximadamente 50-55 mg de cafeína en un una lata (350 mL). Esta cantidad es comparable con la cantidad de cafeína de un café espresso.
La mayoría de los tipos de Cola; Coca-Cola, Coca-Cola Zero, Coca-Cola Light, Pepsi, Pepsi Zero; contienen aproximadamente 35-40 mg de cafeína por 350 mL (el contenido en una lata estándar) (1).
Desafortunadamente, las leyes de la mayoría de los países no obligan a regular este ingrediente. El contenido exacto de cafeína en las bebidas carbonatadas no es especificado en las etiquetas de los alimentos.
Si bien los efectos de la cafeína han sido comprobados, a la fecha no son una preocupación por las organizaciones gubernamentales. La presencia de cafeína en las bebidas como la Coca-Cola no es un secreto y; sólo se justifica por un deseo de aumentar la dependencia.
Investigaciones científicas afirman que los niños son susceptibles al azúcar. De hecho, a los niños los alimentos que más les gustan contienen un 25–40% de carbohidratos simples (2). Sorprendentemente (o no), las bebidas carbonatadas tienen exactamente este nivel.
Además las compañías juegan con generar el hábito de beber refrescos en la niñez. Un secreto de la coca cola como industria es el intento de lograr un hábito en esta etapa de la vida para que se mantenga a lo largo de los años.
Otro secreto de las industria Coca-Cola es crear un rango asociativo entre el tomar Coca y un momento agradable. Este hecho queda perfectamente en claro en la publicidad. Las personas que toman Coca-Cola literalmente brillan de alegría y placer. Durante décadas, la compañía Coca-Cola ha estado trabajando en este concepto, creando un vínculo entre los festejos de Año Nuevo y la necesidad obligatoria de este refresco en la mesa.
Los estudios a la fecha no relacionan un vínculo entre las ventas de bebidas carbonatadas con menor sobrepeso y la obesidad (4). No es un secreto que los alimentos endulzados en exceso generan una dependencia al sabor dulce.
Reemplazar el azúcar con sustitutos del azúcar no es la solución en términos de nutrición. Si bien la Coca-Cola Zero o light no aporta calorías no se puede decir que sea una solución para perder peso.
Cada vez son más los estudios que sugieren que los endulzantes engañan al cerebro, causando que experimente ansiedad por los alimentos dulces. Como resultado, una persona termina comiendo tortas y dulces en secreto. El resultado: se obtienen calorías adicionales no de la Coca-Cola Zero, sino de otras fuentes de alimentos con carbohidratos.
El consumo promedio de refrescos Cola en Estados Unidos se ha duplicado en los últimos treinta años. Alcanzando un máximo de 500 mL por persona por día a finales de los noventa (4). En algunos estados, una persona promedio tomaba más de un litro de Coca-Cola por día. Si además se tienen en cuenta a las personas que no toman ni una gota de Coca-Cola la cifra será aún más alta.
No es un secreto, que el consumo diario de Coca-Cola en tales cantidades tiene un efecto negativo en la salud. Su composición daña el esmalte de los dientes y causa problemas digestivos. Además las personas que toman Coca-Cola de forma regular tienen una mayor tendencia al sobrepeso y obesidad.
Si bien bien hacer recomendaciones sobre la cantidad de Coca-Cola que se puede tomar por día es una tarea compleja. La OMS ha publicado que en una alimentación saludable se permite que un máximo del 10% de las calorías totales provenga de esta fuente. En otras palabras, una lata de Coca-Cola cada tanto no le hace mal a nadie.
Compañías como Coca-Cola o PepsiCo no tienen como un objetivo establecido estropear la salud de las persona, tampoco el provocar un desarrollo de obesidad masiva. Sin embargo, es real que lo consideran como un efecto secundario de generar ganancias. No es un secreto que juegan con el sabor, el contenido de azúcar y cafeína para aumentar las ventas.
Estas compañías se ven beneficiadas en la creación de consumidores leales; los llamados usuarios pesados. Aquellos que beben más de dos latas de Coca-Cola por día. Más del 80% de todas las ventas de refrescos caen sobre ellos(3). Crear el hábito de tomar Coca-Cola se construye desde la infancia y la adolescencia. Por este motivo es que a los niños no se les debe dar el ejemplo, ni permitirles tomar coca cola en secreto.
Para aumentar las ventas, en la década de 1980, Coca-Cola comenzó a trabajar con McDonald’s. Haciendo del estándar de la industria una combinación de Coca-Cola y comida rápida. El siguiente paso fue el énfasis en las pequeñas tiendas y supermercados.
En los Estados Unidos, se compraban las posiciones de las góndolas para luchar con las marcas de los competidores (2). Sin embargo, la principal prioridad en los últimos años se ha convertido en las bebidas isotónicas.
Debido a un aumento en la cultura del fitness; los presupuestos de publicidad actuales son invertidos en promocionar las bebidas energéticas como el Gatorade o Powerade. Los médicos y nutricionistas deportivos aún no se han puesto de acuerdo en las contraindicaciones del Gatorade, aunque aparentemente la clave está en la cantidad.
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