La glicación es el proceso por el cual las moléculas de glucosa o fructosa se unen a proteínas y grasas en el cuerpo humano, provocando cambios en ellas.
El resultado son los «productos finales de la glicación» AGEs un término que puede sonar complejo pero que revela la comprensión moderna del proceso del efecto del azúcar en el envejecimiento. En particular sobre el deterioro de la piel y el sistema cardiovascular.
Los AGEs se forman normalmente a través de varios pasos químicos a corto y largo plazo. El proceso modifica lípidos, proteínas y ADN y su formación se favorece con la hiperglicemia y la edad. (7)
Por ejemplo, se sabe que los productos finales de glicación pueden aumentar significativamente el poder dañino de los rayos del sol o alterar el metabolismo del aminoácido arginina, que controla el trabajo de los vasos vasculares del cuerpo.
Estrictamente hablando, la glicación es una reacción química no enzimática durante la cual los residuos de azúcar se unen a moléculas orgánicas, por lo general proteínas. Así es como se forman los productos finales de la glicación (AGEs).
Desde el punto de vista químico, la glicación consiste en la unión de grupos amino primarios de aminoácidos, péptidos y proteínas con el grupo carbonilo de los azúcares reductores, de los cuales la glucosa es el más abundante en el organismo. A mayor hiperglucemia, mayor reacción. (6)
Aunque estos procesos están ocurriendo todo el tiempo en el cuerpo, después de que una persona alcanza los 35 años de edad, los científicos han notado una fuerte tendencia a su aceleración; la acumulación de productos finales de la glicación es un activador del proceso de envejecimiento y falla celular.
La glicación es más frecuente en personas que consumen grandes cantidades de carbohidratos refinados. De hecho, para limitar los procesos de glicación, es necesario controlar estrictamente el consumo de glucosa, sacarosa, fructosa – sin exceder los 50 g por día. Entre otras cosas, los productos finales de la glicación también se encuentran en los alimentos, como la carne frita a altas temperaturas. (5)
Las estadísticas muestran que un adulto moderno consume alrededor de 150 g de azúcar por día, y entre los adolescentes la cifra alcanza los 250 g. (2) Curiosamente, solo una pequeña proporción se consume en forma de azúcar añadido, y la gran mayoría se consume en alimentos dulces e industriales ya preparados.
Las bebidas carbonatadas, los jugos de frutas reconstituidos, los helados, golosinas, tortas prehorneadas y otros postres son otras fuentes importantes de carbohidratos de mala calidad. No sólo contienen azúcar, sino jarabe de fructosa, un derivado industrial del maíz.
El cuerpo humano no está adaptado para consumir grandes dosis de fructosa (por lo general, solo puede procesar unos pocos gramos con las frutas); como resultado, los procesos metabólicos se alteran. De hecho, es sabido que en altas concentraciones de glucosa, fructosa en sangre se acumulan mayor cantidad de productos finales de glicación.
Un exceso de dulces y azúcar en la dieta (y por lo tanto, la producción corporal de grandes cantidades de productos finales de glicación) está asociado con el envejecimiento de todos los órganos. Sin embargo, el efecto negativo es más notable en la piel.
El colágeno y la elastina son los tipos de proteínas más vulnerables a los procesos dañinos de la glicación. En un cuerpo sano, mantienen la piel elástica y son responsables de la elasticidad de los tejidos, pero a la edad de 35 años, el cuerpo ya carece de alrededor del 15% de colágeno, y a los 45 años, más del 30%.
Un exceso de azúcar también conduce a un cambio en la estructura del colágeno: se vuelve más rígido (pasando del colágeno tipo 1 al colágeno tipo 3). El resultado es el endurecimiento de la piel y la aparición de arrugas.
Los científicos también señalan¹ que los procesos de glicación aumentan cuando los rayos ultravioleta inciden en la piel, es decir, al tomar sol. Esto se refiere a la glicación de la red de fibras elásticas o tejido de elastosis solar.
En el caso de la piel del rostro, los estudios muestran que los rayos ultravioleta son responsables del 90% del daño de la piel que conduce al envejecimiento prematuro. Afortunadamente, el uso de protector solar reduce significativamente el daño.
La glicación no enzimática también puede afectar al ADN. Se ha demostrado que puede tener efectos mutagénicos, y comprometer de forma permanente la integridad de la información genética. (7)
El resultado: activar la respuesta al daño del ADN, aparece la alteración de las funciones de las células, pudiendo en algunos casos inducir la muerte celular. En adición, se piensa que existe un mecanismo de daño en el ADN y reparación ineficiente del envejecimiento normal.
Como si fuera poco, el exceso de azúcar en la dieta conduce a niveles crónicamente altos de insulina. La hormona responsable de utilizar la glucosa y convertirla en energía. Los niveles crónicamente altos de producción de insulina conducen a la resistencia a la insulina, es decir, a la pérdida de sensibilidad del tejido a su acción.
Entonces comienza la bola de nieve: prediabetes, diabetes mellitus tipo 2, así como suele aparece la obesidad visceral. Entre otras cosas, comer muchos carbohidratos refinados conduce a la retención de sodio en el cuerpo, lo que, a su vez, provoca un aumento de la presión arterial. La etapa final es el síndrome metabólico (esta es una combinación de obesidad severa, diabetes e hipertensión arterial).
Sí, la glicación puede afectar negativamente a nuestro cuerpo. Pero ¿Cómo lo solucionamos? Aparentemente no sólo se trata de comer mejor y dejar el azúcar, sino que otros métodos como el ayuno intermitente podrían ser una solución al problema.
Los beneficios del ayuno intermitente se basan en aumentar la velocidad para deshacerse de los «desechos» acumulados en las células (en particular, de las proteínas defectuosas y de los orgánulos. Este proceso se llama autofagia y depende directamente del nivel de energía en el cuerpo.
Cuando la energía es baja y la célula tiene hambre, destruye las proteínas dañadas o viejas con mayor intensidad, convirtiéndolas en una fuente de energía. En definitiva, renueva el cuerpo. Además, el ayuno intermitente normaliza la respuesta del cuerpo a la insulina.
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La glicación es un término que revela el daño del consumo excesivo de azúcar y otros alimentos difíciles de procesar para nuestro cuerpo. Los carbohidratos refinados pueden tener un efecto destructivo sobre otras moléculas del cuerpo – proteínas y grasas; provocando el proceso de envejecimiento.
En la actualidad se cree que los elevados niveles séricos de productos finales de glicación – AGEs son responsables tanto de la inducción como de
la progresión de complicaciones microvasculares asociadas a la diabetes, cataratas, hipertensión arterial, disminución de la contractilidad del miocardio, enfermedad renal. (6)
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