Si alguien sufre de la enfermedad del hígado graso, lo que significa que demasiada grasa se ha acumulado dentro de las células del hígado, puede causar inflamación del hígado.
Si bien en las primeras etapas el hígado graso no es considerada una afección grave, es necesario hacer ajustes en el estilo de vida como por ejemplo controlar su peso y regular su dieta, para que la inflamación y el daño prolongado evolucionen a condiciones graves para el estado de salud de su cuerpo.
La principal complicación grave de la enfermedad del hígado graso es la progresión a cirrosis. Cirrosis significa cicatrización permanente de los tejidos hepáticos y endurecimiento del hígado. Tener altos niveles de grasa en el hígado también se asocia con un mayor riesgo de problemas de salud graves, como diabetes, presión arterial alta y enfermedades en los riñones.
Sigue leyendo para entender cuáles son los peligros del hígado graso, ¿es una dolencia grave?
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La grasa es una fuente natural de energía para nuestro cuerpo. Cada vez que nos quedamos sin comer durante un período de tiempo, nuestro cuerpo utilizará nuestras reservas de grasa como fuente de energía. Nuestros cuerpos almacenan grasa en dos lugares principales: un lugar es el área del abdomen o estómago, y la otra fuente más grande está dentro del hígado. Por ello, se podría decir que el mayor intercambio de fuente de energía en forma de grasa de nuestro cuerpo se encuentra en el interior del hígado.
Cuando acumulamos demasiada grasa en el hígado, puede conducir a la enfermedad del hígado graso, una condición que posteriormente tiene el potencial de causar muchos otros problemas de salud, incluso graves en todo el cuerpo.
Las principales causas de la enfermedad del hígado graso se pueden clasificar en dos grupos principales:
En la mayor parte de los casos, la enfermedad del hígado graso no causa ningún problema grave ni impide que el hígado funcione normalmente. Pero para el 7% al 30% de las personas con esta afección, la enfermedad del hígado graso empeora con el tiempo. Por lo general progresa a través de tres etapas:
Esto significa que tener hígado graso es grave si alguien sufre de la enfermedad durante un período prolongado de tiempo. Esto, puede conducir a muchas otras complicaciones de salud que afectan otras funciones corporales, particularmente potenciar con otra condición de salud crónica que ya pueda estar presente, como diabetes, obesidad, presión arterial alta y enfermedad de las arterias coronarias.
Durante un largo período de tiempo, la inflamación del hígado conducirá a la destrucción de las células hepáticas y a la formación de una membrana en su lugar, lo que eventualmente resultará en cirrosis hepática y un riesgo severamente mayor de desarrollar cáncer de hígado.
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Los síntomas de la enfermedad del hígado graso son los que la convierten en una condición silenciosa, ya que durante sus primeras etapas a menudo no hay ningún sítnoma. Los síntomas de la enfermedad suelen ser bastante difíciles de detectar, por ejemplo, fatiga, náuseas leves y opresión en el área inferior derecho abdominal donde se encuentra el hígado.
El hígado graso es una enfermedad que tarda en desarrollarse, por lo general se acumula durante más de uno o dos años antes de alcanzar un nivel peligroso. Por lo general, la afección no es grave y solo se descubre durante un análisis de sangre anual de rutina o cuando asiste a una cita con el médico para tratar una afección diferente. En algunos casos, cuando comienza la identificación de la afección, la cirrosis hepática ya se ha afianzado.
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Lo más fácil para combatir la grasa del hígado es hacer ajustes en el estilo de vida para controlar su peso, por ejemplo, haciendo ejercicio regularmente y regulando su dieta. En este sentido, debes asegurarte de consumir alimentos que sean buenos para tu salud, prestando especial atención a reducir el consumo de grasas saturadas y trans, así como reducir el consumo de carbohidratos refinados y aumentar el consumo de fibra. Además, reduzca o abandone el alcohol por completo, ya que este es un factor importante detrás del aumento de la carga de trabajo del hígado. También evite tomar medicamentos o suplementos dietéticos innecesarios.
Aunque la enfermedad del hígado graso no es una enfermedad tan temible como el cáncer, el hígado es un órgano vital para nuestro cuerpo, ya que ayuda a filtrar sustancias tóxicas y lleva a cabo muchas otras funciones corporales clave. Si descuidamos el cuidado de nuestro hígado, puede resultar rápidamente en muchos otros trastornos de salud graves que llaman a nuestra puerta.
Es probable que un paciente afectado por un exceso de grasa en el hígado no presente señales iniciales. Sin embargo, los casos en los que se han desarrollado signos y síntomas podrían indicar que se ha producido una lesión hepática importante. Estos signos y síntomas son:
En caso de que usted o un miembro de su familia desarrolle estos problemas de salud, comuníquese con su proveedor de salud para que un gastroenterólogo pueda identificar la afección. Sin la atención adecuada, la enfermedad del hígado graso podría convertirse en cirrosis, que puede manifestarse con otros problemas de salud graves, como ascitis (acumulación de líquido en el abdomen), inflamación de las venas en el esófago, disminución de la función cerebral debido a una enfermedad hepática (encefalopatía hepática), cáncer de hígado e insuficiencia hepática.
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