Hay una tendencia a creer que las verduras congeladas son alimentos poco saludables y que no tienen nada bueno para la salud. Sin embargo, esto no es completamente cierto.
De hecho, la mayoría de las verduras frescas y congeladas son similares en su contenido de vitaminas y minerales. Esto es debido a que el proceso de congelación no deteriora sino que ayuda a conservar sus nutrientes.
Sigue leyendo para saber los pros y contras de las verduras congeladas ¿Cómo cocinarlas correctamente para mantener sus nutrientes?
Las verduras congeladas son un producto obtenido mediante tecnología de congelación por choque. Para esto, las verduras prelavadas y secas se soplan con aire a una temperatura de menos 35 ° C en una cámara especial, lo que garantiza una congelación completa en 20-30 minutos.
De hecho, la congelación rápida interfiere con la cristalización del hielo y la degradación de la textura, siendo uno de los métodos más eficaces para preservar la frescura y el sabor.
Las verduras congeladas utilizan un tiempo de congelación de choque para que se corten en su punto máximo y en el nivel máximo de maduración. En términos de nutrientes, las verduras «frescas» del supermercado a menudo son similares.
Las ventajas de las verduras congeladas son obvias: se almacenan mucho más tiempo, no requieren procesamiento previo (ya se han lavado y cortado) y también son adecuadas para cocinar con varios métodos. Se pueden guisar, hornear, hervir e incluso recalentar en el microondas.
En cuanto al contenido de carbohidratos, calorías y otros macronutrientes estos prácticamente no difieren entre frescas y congeladas.
Como de las desventajas de las verduras congeladas, no es en absoluto el contenido de sustancias peligrosas. De hecho, las opciones económicas de verduras congeladas, en la mayoría de los casos no tienen un daño directo para la salud.
La principal desventaja fundamental es que las verduras congeladas sólo se pueden descongelar una vez. La nueva congelación compromete la presencia de microorganismos que pueden causar daños en el cuerpo. Además destruye la textura del producto y lo convierte en hielo. Esto es especialmente cierto para las frutas y bayas congeladas.
Las investigaciones sugieren que el proceso de congelamiento conserva la mayoría de las vitaminas y minerales de las verduras. (2) Además, los vegetales verdes (especialmente el brócoli y las judías verdes) generalmente se tratan adicionalmente con ácido ascórbico (vitamina C) para mantener su color.
Por otro lado, cuando las verduras se hierven en agua, estas vitaminas simplemente se degradan. Este es el caso de las vitaminas solubles en agua (como las vitaminas B), que se pierden con mayor frecuencia durante durante la cocción.
Por eso es que para conservar los nutrientes de las verduras congeladas es importante que se cocinen de forma suave sin hervir o calentar de forma excesiva.
El mejor método para preparar verduras congeladas es cocerlas al vapor en baño maría. Después de 5-7 minutos, las verduras están listas para usar como ingrediente en platos, por ejemplo, para freír o para guisar con carne.
Los guisantes o el maíz congelados se pueden hervir simplemente en agua hirviendo durante 2-3 minutos; la presencia de la cáscara protegerá contra la destrucción de las vitaminas. Además, muchos tipos de verduras congeladas se pueden freír primero en una sartén y luego guisar ligeramente.
Antes de comprar verduras congeladas se recomienda que examine el paquete y que observe que no tenga ingredentes extra. La lista de ingredientes debe enumerar solo naturales (es decir, las verduras y frutas en sí), pero no aceites vegetales, almidón y otros aditivos.
El contenido de vitaminas y minerales en las verduras congeladas suele ser idéntico al de las frescas. En términos de daño potencial, la congelación no signifia el uso de conservantes, polímeros y agentes antimicrobianos para mantener la frescura.
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