La intolerancia a la lactosa ocurre cuando una persona experimenta síntomas al procesar alimentos con lactosa.
Las personas con intolerancia a la lactosa y consumen productos que la contienen pueden sentir dolores abdominales, diarrea, gases y náuseas. La buena noticia, si haces una buena selección de alimentos estos desaparecen.
Este artículo describe los síntomas de intolerancia a la lactosa, qué tipos hay y qué debes hacer en estos casos.
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad del cuerpo para digerir el azúcar de la leche.
Una persona con intolerancia a la lactosa tiene la falta de una enzima especial: la lactasa. En estos casos, no se puede digerir la lactosa y el cuerpo sobrerreacciona y desencadena una serie de síntomas desagradables.
La intolerancia a la lactosa es de origen genético y étnico. Se estima que alrededor del 65% de la población mundial sufre de intolerancia a la lactosa en la edad adulta. (3)
En algunas comunidades alcanza como los pueblos índigenas de América y el este Asíatico los valores superan el 90%. (3)
Los europeos y poblaciones caucásicas suelen tener niveles más bajos de intolerancia a la lactosa dado que sus poblaciones han estado en contacto con productos con lactosa por una mayor cantidad de tiempo.
Hay cuatro tipos de intolerancia a la lactosa primaria, secundaria, de desarrollo y congénita. Si bien todos los tipos tienen síntomas similares, las causas pueden ser distintas. Los tipos de intolerancia a la lactosa son:
Los síntomas de intolerancia a la lactosa ocurren aproximadamente 30-45 minutos luego de la ingestión de alimentos con lactosa. Varían dependiendo del grado de intolerancia, la cantidad en los alimentos, motilidad del tracto digestivo, interacción con otros alimentos, etc.
Si tras comer alimentos con lactosa aparecen alguno de estos síntomas se recomienda realizar una prueba clínica para confirmar o descartar que el azúcar de la lecha sea la causa. Los síntomas de intolerancia a la lactosa son:
Intolerancia a la lactosa y alergia a la leche no son sinónimos. La alergia a la leche es la hipersensibilidad del cuerpo a la proteína de la leche: la caseína. Esto nada tiene que ver con el azúcar de la leche: la lactosa.
Las personas que son alérgicas a la leche deben abandonar por completo los productos lácteos (incluida la mantequilla y el queso) incluyendo todos los alimentos etiquetados como «alimentos sin lactosa».
La caseína es una proteína análoga al gluten en el trigo. Los síntomas más comunes son distintos: acidez estomacal, diarrea, dolor en la piel, ataques respiratorios.
En la mayoría de los casos la intolerancia a la lactosa se soluciona con limitar el consumo de leche y todos los alimentos con lactosa.
A pesar de que la intolerancia a la lactosa no tiene cura; sí es posible ayudar al cuerpo en el proceso de digestión con medicamentos. Existen suplementos dietéticos y cápsulas que contienen lactasa aislada.
Además, para acelerar el proceso de recuperación intestinal puedes añadir probióticos o prebióticos en las comidas.
Los medicamentos para intolerantes a la lactosa se toman inmediatamente antes de las comidas. La enzima lactasa debe estar en el estómago antes de ingerir un alimento con lactosa. Las preparaciones de lactasa son aptas tanto para bebés como niños que se alimentan a base de leche o suplementos dietéticos.
Un problema común generado por la intolerancia a la lactosa es la falta de calcio. Al eliminar por completo los lácteos, este problema es más frecuente.
Recuerde que los alimentos ricos en calcio no son únicamente los lácteos sino también se lo puede encontrar en el brócoli, frutos secos, sardinas y espinacas.
Si tienes intolerancia a la lactosa, además de suprimir los alimentos que tengan el azúcar de la leche asegúrate de que tu dieta sea completa y balanceada.
La intolerancia a la lactosa es la incapacidad del cuerpo para procesar el azúcar de la leche. Una persona con intolerancia a la lactosa tiene problemas en la enzima encargada de realizar este proceso, la lactasa.
Los síntomas de intolerancia a la lactosa más comunes son: hinchazón, dolor de estómago, diarrea, vómitos, acné y erupciones en la piel, dolores de cabeza y mareos
El término alergia a la leche no es equivalente a la intolerancia a la lactosa. La alergia a la leche es la hipersensibilidad a la proteína de la leche, no al azúcar.
La intolerancia a la lactosa no tiene cura, sin embargo existen medicamentos que pueden ayudar a aliviar los síntomas.
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